China protegerá la propiedad privada por primera vez desde que Mao Zedong la nacionalizara tras fundar el país. Cuando los 3.000 parlamentarios de la legislativa Asamblea Nacional Popular (ANP) la aprueben el próximo viernes --se limitan a validar las propuestas del Ejecutivo--, China enterrará un anacronismo: la ausencia de protección era lógica cuando acumular riquezas era algo diabólico, pero mucho menos cuando los chinos abundan en la lista Forbes y el sector privado genera el 65% del PIB, según la Federación de Industria.

"Gracias a la apertura y al desarrollo económico, los estándares de vida de la población han aumentado en general, y ahora es urgente proteger las propiedades conseguidas a través de duro trabajo", explicó el vicepresidente del Comité Permanente de la ANP, Wang Zhaoguo.

La protección de la propiedad privada ha sido un punto de fricción entre los guardianes de las esencias y los reformistas desde que empezó a redactarse hace 13 años. Tras siete rondas de conversaciones, se ha fijado un redactado en el que se podaron los aspectos más agresivos --como la privatización de la tierra-- y se conserva, formalmente, las raíces socialistas con características chinas que proclamara Deng Xiaoping hace casi 30 años. La ley aclara, por ejemplo, que "la propiedad pública es la base de la economía de mercado" y estipula que "el sistema chino de propiedad es, en esencia, diferente al capitalista".

La ley prevé mecanismos para que no se generalice el saqueo del Estado, como alertaban los críticos. Así, se prohibirá la venta, posesión ilegal y destrucción de las empresas públicas.