Las administraciones públicas reclaman en estos tiempos de crisis que aquellos ciudadanos que puedan consuman para frenar la caída general de la actividad. Pero, ¿qué hacen estas para evitar que la debacle tenga aún más intensidad? Aparte de los grandes planes especiales de estímulo que han aprobado, las recetas ortodoxas apuntan a que el sector público ha de apostar por la inversión por su efecto multiplicador, en lugar de por el gasto corriente en bienes y servicios. Pero las licitaciones de obras del conjunto de las administraciones cayeron el 17,8% hasta el pasado mes de octubre en España, según apuntan los datos de la patronal constructora Seopan. Y esa situación se combina con unos plazos medios de pago a los proveedores que, lejos de acortarse, se alargan.

La realidad es que la Administración central redujo el ritmo el 33,7% y los ayuntamientos, el 9,7%, mientras que las comunidades autónomas, aunque afectadas por la pérdida de ingresos, las aumentaron el 3,9% durante el mismo periodo, con importantes impulsos por parte de la Junta de Andalucía y la Generalitat de Cataluña, las administraciones que tienen más peso.

PROCEDIMIENTOS ANTICUADOS El sector espera que ahora sí se estimule la actividad de obra pública. En todo caso, los expertos recuerdan que las licitaciones están sujetas a procedimientos administrativos complejos y anticuados que dilatan la puesta en marcha de las obras.

La otra vertiente de las recetas anticrisis apunta a la restricción del gasto corriente --no del social--. En la Administración central, este capítulo se incrementó en un moderado 3% hasta el mes de octubre; es decir, 3.243,3 millones de euros. Varios estudios afirman que los gobiernos autonómicos apenas disponen de discrecionalidad sobre la quinta parte del gasto total de sus presupuestos.

La otra opción consiste en dejar más dinero en el bolsillo de los ciudadanos, sea por la vía de recortar los impuestos --como ha hecho el Reino Unido con el IVA-- o por la opción de las retenciones del IRPF --la puso en práctica el Gobierno español con la medida de los 400 euros--.