El Gobierno parece estar preparando el terreno para una subida de impuestos que, según diferentes manifestaciones, podría materializarse en los presupuestos del Estado del 2010.

La vicepresidenta económica, Elena Salgado, opinó ayer que una subida de tipos del impuesto sobre la renta para los ingresos más altos --según proponen UGT y CCOO-- tendría un impacto "reducido" y no resultaría eficaz. Sin embargo, dejó claro que subir los impuestos no es una idea que repugne al Ejecutivo socialista. "El Gobierno no descarta de manera apriorística ninguna medida que permita mejorar la situación en términos de suficiencia recaudatoria y también de equidad en nuestro sistema impositivo", dijo. Como muestra, se refirió a la futura supresión de la deducción por compra de vivienda para rentas altas.

Así respondió Salgado a una pregunta parlamentaria formulada por Joan Herrera, diputado de IU-ICV. "Estudiamos todas las propuestas porque estimamos que el precio de esta crisis no debe recaer sobre los más débiles", manifestó Salgado.

La respuesta fue interpretada por Herrera como "toda una rectificación" de la política fiscal seguida por el Gobierno hasta ahora, donde ha imperado el lema "bajar impuestos es de izquierdas", del presidente José Luis Rodríguez Zapatero. Ahora que el déficit se ha desbocado por la crisis y que la presión fiscal ha bajado de golpe 4,25 puntos, hasta el 32,8% del PIB, hacen falta ingresos.

De entrada, está abierto el debate sobre la supresión de la deducción de 400 euros en el IRPF, que resta unos 6.000 millones a la recaudación anual. Tras el Consejo de Ministros del 6 de mayo, la ministra Salgado dejó la puerta abierta a su retirada. "Vamos a hacer una evaluación y, en fin, ya veremos", dijo. Esta semana, el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, ha afirmado que no se ha adoptado ninguna decisión y que será cuando se presenten los presupuestos para el 2010, en septiembre, cuando se concrete.