Que ya no es tabú hablar del rescate de entidades financieras españolas en crisis quedó ayer claro en la intervención del presidente del BBVA, Francisco González, en unas jornadas económicas en Madrid. González dijo que "la mejor opción para salvar una entidad con problemas de solvencia es la intervención y el saneamiento por el Fondo de Garantía de Depósitos, seguido de la vuelta al sector privado". Este es el mecanismo que siempre se ha usado en este país para resolver las crisis bancarias. Fue el guión de la crisis de los 70 y los 80, y el que saneó Banesto tras la etapa de Mario Conde.

El Fondo de Garantía de Depósitos (FJD) tiene por objeto asegurar a los ahorradores de las entidades la recuperación de sus depósitos y valores hasta un límite que ha sido elevado a 100.000 euros por titular y entidad. En España, además, el FJD sirve, por ley, para sanear entidades financieras con problemas de capital y para facilitar procesos de fusión o absorción. Son los propios bancos, cajas o cooperativas de crédito quienes dotan sus respectivos fondos de garantía, por lo que no puede ser considerado dinero de los contribuyentes; en todo caso, de los clientes.

El vicepresidente Pedro Solbes, en el Congreso de los Diputados, dio por hecho la semana pasada que si es preciso el FJD actuará para que Unicaja no sufra ningún quebranto por absorber Caja Castilla-La Mancha.