Las bolsas europeas se dejaron llevar ayer por el ánimo vendedor fustigadas principalmente por los máximos del petróleo, así como por razones técnicas que precipitaron las ventas cuando saltaron algunas alarmas conocidas como stop loss (freno de pérdidas). Ante ese mecanismo, no sirvió de mucho en los parquets continentales que los datos macroeconómicos de EEUU fueran mejores de lo esperado.

El buen registro del índice manufacturero de gestores de compras estadounidense permitió, eso sí, que al otro lado del Atlántico, Nueva York se moviera entre pérdidas moderadas, mientras que las bolsas europeas se dejaron en torno al 2% del valor. El Ibex 35 encabezó las caídas: 2,29% y cerró en 11.770 puntos, con pérdidas del calibre del 7,8% de Sacyr Vallehermoso, del 5,4% de FCC y del 6,8% de Tele 5.

Así, el indicador profundizó un poco más en la peor depresión semestral de su historia, y suma ya un desplome de casi el 23%. Una situación que para algunos analistas no se justifica por la realidad económica ni por los indicadores fundamentales de las empresas cotizadas. "Los beneficios que han presentado las empresas, hasta ahora, son buenos. Tendrían que caer el 35% para ajustarse a las valoraciones del mercado", destacó Jaume Puig, presidente de la gestora de Gaesco.

Las bolsas, y particularmente la española, han descartado un escenario de recesión, que no se ha producido y no se prevé que vaya a llegar, por lo que apunta la marcha de las principales economías occidentales. Pero las valoraciones de las cotizadas están en niveles incluso por debajo de las que se produjeron durante la crisis tecnológica.

DESCONFIANZA Reconoce Puig que esa situación está justificada por el elevado nivel de desconfianza de los inversores, debido a los precios del petróleo y a la situación de los mercados inmobiliarios de EEUU, España, Reino Unido e Irlanda. Respecto a los precios del crudo, destaca que en su mayor parte son producto de la misma especulación que los hará bajar cuando cambie la tendencia. No minimiza los efectos de la crisis inmobiliaria, pero cree que por lo que respecta a la bolsa tendrá un efecto más focalizado en los valores que tienen intereses en esa actividad.

PREOCUPACION Para otros analistas, sin embargo, aún hay motivos de preocupación a medio y largo plazo para los mercados. "Está por ver el impacto del ajuste económico, la dimensión de la crisis crediticia y la repercusión inflacionista del petróleo", dijo Antonio Zamora, director de análisis de Banco Urquijo. La situación dificulta que los bancos centrales puedan bajar los tipos para incentivar las economías, y la presión inflacionista del petróleo lo dificulta. La alternativa está "en la moderación de la actividad en los países emergentes o en que EEUU suba los tipos para fortalecer el dólar y recortar el diferencial de tipos con Europa", señaló.