El Instituto de Empresa Familiar (IEF), lobi que integra más de 100 sociedades con ingresos que suman 80.000 millones de euros, asegura en un estudio que los inmigrantes no hacen más que acentuar los posibles riesgos que se ciernen sobre el futuro de la Seguridad Social. En este momento hay alrededor de 1,9 millones de extranjeros afiliados al Seguro que, en este momento, suponen una aportación de unos 8.000 millones de euros a las arcas del sistema público de pensiones. Por contra, solo uno de cada 30 cotizantes extracomunitarios recibe una prestación de la Seguridad Social, frente a la media de uno cada 2,65 trabajadores españoles.

A pesar de estas cifras, el IEF asegura que el futuro es "inquietante" porque ciertos "estudios" demuestran que la inmigración no evita --solo retrasa-- el problema del envejecimiento de la población. Junto a ello, el problema se agrava porque los inmigrantes tienen sueldos un 30% inferiores a los nacionales y eso provoca que coticen de promedio 4.327 euros frente a los 4.770 de la mayoría de los españoles.

Estas cifras revelan que "el dinero aportado por los cotizantes (extranjeros al Seguro) no se corresponde con el que percibirán tras su jubilación", dice el estudio y cita al que fuera asesor de Aznar, José Barea, para afirmar que el problema se agravará al crecer la esperanza de vida.

"La inmigración solo sirve para generar más dudas en torno al futuro del sistema de pensiones", asegura el estudio del IEF. Suprimir los cupos o los contingentes, erradicar la excesiva burocratización para emplear estos trabajadores, apostar por la contratación en origen, fomentar las relaciones con los países emisores de inmigrantes, aumentar en un mes el curso escolar a los alumnos que suspendan dos asignaturas o tengan problemas de expresión, crear incentivos al retorno de trabajadores temporales y exigir exámenes de ciudadanía, son algunas propuestas de este informe.