La bolsa española se desmarcó una vez más de la tendencia general de los mercados mundiales. Los buenos datos macroeconómicos norteamericanos y los positivos resultados empresariales solo sirvieron para atenuar las correcciones del índice selectivo que en una jornada de nervios cayó el 0,15%, hasta los 14.376 puntos. La inestabilidad definió la sesión. A pesar de que la bolsa había arrancado con leves avances, durante todo el día los números rojos se hicieron con el control del parquet . El Ibex 35 llegó a perder el 1,7%, aunque finalmente logró frenar los descensos.

La teoría que vienen repitiendo los analistas sobre que el mercado español está más caro que el resto de sus homólogos europeos se puso de manifiesto, una vez más, en la jornada de ayer. La venta de futuros se impuso al contado, que solo reaccionó cuando desde Wall Street llegaron indicaciones de que la economía está mejor de lo que se pensaba y de que los resultados empresariales van a batir las previsiones.

La apertura alcista del Dow Jones, apoyado en los buenos datos macroeconómicos, como las cifras de las peticiones semanales de desempleo, los costes laborales o el índice de confianza no manufacturero, sirvieron de revulsivo para las plazas europeas, pero, sobre todo, para el Ibex 35, que se quedó a cinco puntos de los 14.400 puntos.

Por lo que se refiere al principal indicador del mercado español, Banesto (-2,38%), Popular (-2,13%) y Bankinter (-2,08%) fueron los peores valores. Los bancos con mayor peso en el mercado interior padecen los efectos de la crisis inmobiliaria. Por su parte, las empresas de este sector mantuvieron su incesante goteo. Inbesòs cedió el 6,89% y Montebalito, el 5,34%. Urbas, Parquesol y OHL perdieron en torno al 3%.

En el lado de las ganancias, el Santander tuvo, por fin, una jornada de alzas: mejoró el 1,07% (13,20 euros la acción). Entre el resto de blue chips , Repsol (0,41%) y Telefónica (0,12%) respondieron con suaves avances.