La era de las tasas negativas del índice de precios de consumo (IPC) toca a su fin. De forma inédita en la historia del IPC, el indicador se adentró en marzo en una senda de tasas negativas, que tocaron fondo en julio (con una caída anual del -1,4%). Pero en agosto se ha iniciado el cambio de rumbo que, según todos los pronósticos, debe llevar a recuperar tasas positivas en la variación de los precios de consumo a finales de año.

Según los datos que ayer adelantó el Instituto Nacional de Estadística (INE), el IPC armonizado se situó en agosto en el -0,8 (el dato definitivo se conocerá el 11 de septiembre). El dato de agosto es seis décimas superior al del nivel mínimo registrado en julio (-1,4%), aunque sigue en terreno negativo, por sexto mes consecutivo. La razón de esta corrección tiene que ver con el precio del petróleo y es la misma que explica los bandazos de la inflación en los dos últimos años.

En agosto del 2007, la inflación española se situaba en un nivel relativamente bajo, del 2,2%. Entonces, el barril de petróleo Brent cotizaba en torno a los 75 dólares. En un año, el crudo se duplicó, hasta superar los 150 dólares en julio del 2008. En paralelo, la inflación escaló hasta un máximo del 5,3% en aquel mes. A partir de entonces, el petróleo emprendió la cuesta abajo y con él, el IPC. El Brent volvió al entorno de los 70 dólares el pasado julio y el IPC tocó suelo con una tasa negativa del 1,4%.

A partir de agosto, la apreciación del petróleo vuelve a dar alas al IPC, si bien la crisis y la caída del consumo pueden hacer que persistan las rebajas en muchos precios y debilitar la escalada del indicador. El director del Instituto de Estudios Económicos, Juan Iranzo, dijo ayer que el repunte de la inflación era "previsible", ya que el verano pasado fue cuando empezaron a bajar los precios. Según la Fundación de las Cajas de Ahorros, Funcas, el índice anual de la inflación se situará en el 1,3% en el mes de diciembre.

Para el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, la subida de seis décimas en el IPC de agosto indica que las tasas negativas de los últimos meses "no son, ni mucho menos, un escenario de deflación", sino que tienen que ver con la evolución de los precios de la energía. Campa dijo que en los próximos meses "veremos esta reversión de la tendencia" y que a final de año habrá tasas de inflación "ligeramente positivas".