El Consejo de Ministros italianos aprobó anoche por decreto urgente la creación de un fondo de garantía de unos 20.000 millones de euros para afrontar la eventual crisis de las instituciones bancarias del país. En caso de necesidad de recapitalizar un banco que no consiguiera encontrar capitales, el Estado compraría acciones "sin voto". Lo dijo el presidente del Ejecutivo conservador, Silvio Berlusconi, al final de una cumbre financiera a la que asistieron, además de los ministros económicos, los presidentes del banco central, de la asociación de los bancos nacionales y de la patronal empresarial Confindustria.

"Ningún banco italiano quebrará", prometió Berlusconi en una breve rueda de prensa final. El mandatario italiano recordó a sus compatriotas que "es mejor guardar el dinero en los bancos que debajo del colchón". Giulio Tremonti, ministro de Economía, añadió: "No se nacionalizará ningún banco, no hay que dar dinero de los contribuyentes a quien ha cometido errores".