El tópico de que los más jóvenes entran en las empresas con ganas de comerse el mundo parece que no responde a la realidad. Los veinteañeros son los trabajadores menos productivos en el trabajo, según el resultado de una encuesta realizada a 1.500 directivos de 15 países sobre sus percepciones respecto a la relación entre edad y rendimiento laboral. El 17,7% de los ejecutivos entrevistados respondieron que sus trabajadores nacidos a partir de 1982, la llamada generación Y, son los que tienen un índice de productividad más bajo. En el otro extremo, los que ocupan el primer lugar del podio del rendimiento laboral son los treintañeros nacidos entre 1970 y 1982, la generación X. Los cuarentones nacidos en los años 60 (la generación del baby boom ) tienen un rendimiento intermedio entre las otras dos generaciones y superan a los veinteañeros.

Según el sondeo realizado por Proudfoot Consulting, la percepción de los directivos españoles sobre los babyboomers es más positiva ya que solo el 5,9% considera que son menos productivos que la media mundial. "Esto puede deberse a que a los empleados nacidos en los años 60 en España se les inculcó un mayor valor del trabajo condicionado por las dificultades socioeconómicas de la época", afirman los autores del estudio.

En cambio, en otros países como Canadá, con unas condiciones políticas y económicas más estables para esa generación, el 22% de los encuestados ve poco productivos a los treintañeros. Sin embargo, sí hay unanimidad respecto a los empleados que se acaban de incorporar a las empresas. El 23,5% de los directivos españoles consideran que su rendimiento es demasiado bajo. En Brasil, la visión negativa de esta generación asciende al 34,5%.

La encuesta recibió ayer mismo la respuesta sindical. Para Chakir el Homrani, responsable de la organización juvenil de UGT, es difícil exigir productividad a jóvenes precarios, con contratos temporales, jornadas irregulares y una formación que no siempre se ajusta a las necesidades del empleo.

Desajustes

"Para identificar a una persona, antes se decía el nombre y su empleo. Ahora eso es difícil para muchos jóvenes, que van saltando de trabajo en trabajo, de telefonista a cajero", se quejaba. Los desajustes del sistema formativo, que provocan que haya universitarios trabajando por debajo de sus posibilidades y escasez de titulados en FP, y la falta de una "apuesta por parte de las empresas por formar a los jóvenes" también pueden explicar la encuesta, según El Homrani.