Emilio Ontiveros, catedrático de Economía de la Empresa en la Universidad Autónoma de Madrid, fue el encargado de clausurar ayer con una ponencia el Foro de Economía y Derecho: El gobierno ético de las empresas que se desarrolló en Cáceres, una iniciativa organizada por la Junta de Extremadura, Caja Extremadura y Caja Badajoz, que reunió a un importante grupo de expertos, quienes pusieron de manifiesto que la ética laboral y los derechos fundamentales cada vez están más presentes en el ámbito empresarial.

El acto contó también con la presencia del consejero de Economía, Industria y Comercio, Manuel Amigo, quien señaló que el objetivo del foro, que continuará el próximo día 24 en Badajoz, es establecer un debate sobre los esfuerzos de las administraciones y empresas por atajar mediante normas legales los casos de contabilidad creativa y opacidad empresarial que se han dado en los últimos años en Europa y Estados Unidos. Así, Ontiveros fue el encargado de incidir en los principales códigos éticos para el buen gobierno de una empresa.

¿Ha cobrado tanta relevancia la ética en el mundo empresarial para debatir sobre ella?

--Cada vez más hay que tener presente que la ética va a ser una rasgo que, los mercados, los inversores, el entorno empresarial exige cada día con mayor medida. La ética prima cada vez más en las empresas. Hemos atravesado un momento de crisis ética como consecuencia de los excesos a que llevó la euforia financiera de la segunda mitad de los noventa. También se ha perdido la confianza en los auditores externos, una confianza que se ha visto quebrada en la medida en la que hemos asistido a dos tipos de evidencias: en primer lugar que los intereses que tenían estas compañías eran grandes, más allá de la función propia, y en segundo lugar que algunas de ellas desarrollaban mal su trabajo, llegando a hacer prácticas delictivas.

¿Cómo ha afectado esto al gobierno de las empresas?

--Las anomalías y escándalos empresariales que han tenido lugar en Europa y Estados Unidos en los últimos años, de alguna forma, han supuesto una especie de enmienda a la totalidad del sistema económico, en la medida en que han puesto de manifiesto debilidades esenciales en algunos de los pilares en los que se debe sustentar el gobierno de las empresas cuyas acciones están condicionando las bolsas. Se trata de pilares como la información transparente y fiable, como la auditoría, pero también pilares relacionados con la supervisión externa de las empresas. Los problemas que han tenido lugar en los Estados Unidos, de donde veníamos importando la cultura empresarial, han obligado a redefinir medidas de buen gobierno en las empresas. En esa pretensión por definir qué debe ser este buen gobierno estamos asistiendo a ejercicios muy diversos, desde los que tratan de regular en exceso, limitando de forma significativa el margen de maniobra de las empresas, hasta otros ejercicios que lo que tratan es de confiar a la autoregulación de esos códigos.

¿Qué deben incorporar esos códigos?

--Esos códigos deben incorporar unas piezas mínimas, como puede ser la relación de los directivos y los dueños del capital por un lado, la calidad de la información por otro lado y también el papel de los consejeros independientes.