El temor a que los apuros financieros que sufre Grecia se extiendan a otros países marcó la jornada de ayer en la bolsa. Los ataques de los inversores a la deuda griega, que se colocó por encima del 8%, se conjuraron con las expectativas de una nueva regulación desfavorable para las compañías energéticas para que el Ibex 35 registrara una caída del 2,13% y se aproximara al nivel de los 11.000 puntos.

La bolsa española abrió con pequeñas ganancias. El mercado aprovechó los buenos resultados publicados durante la madrugada por Apple, el alza del 0,2% de Wall Street el día anterior y el comienzo favorable de las grandes plazas europeas. Pero la subida desapareció rápidamente por el efecto contagio de Grecia y las declaraciones del profesor Nouriel Roubini, que indicaba que España, Irlanda o Portugal podrían padecer dificultades financieras similares a las griegas. De hecho, la Bolsa de Lisboa bajó casi lo mismo que la española, mientras que el resto de mercados europeos registraron descensos por debajo.

Con la presión ejercida sobre los bancos, por ser tenedores de deuda, y las informaciones que hablaban sobre cambios de normativa en el sector energético, la bolsa fue extendiendo sus pérdidas y bajaba cerca del 2% antes de la apertura de Wall Street.

La banca y las energéticas, así como las compañías de infraestructuras con intereses en ese sector, fueron las actividades más perjudicadas con caídas generales. Red Eléctrica descendió el 4,36%, Abengoa, el 4,12%; Enagás, el 3,87%; FCC, el 3,84%; y Gamesa y Acciona, el 3,66%. El Popular cedió el 3,32% y Bankinter, el 3,08%.

Entre los grandes valores del Ibex 35, los descensos más importantes fueron para el Banco Santander (2,85%), BBVA (2,68%), Repsol (1,85%), Iberdrola (1,68%) y Telefónica (1,45%). Solo una compañía del Ibex subió: Iberia, que ganó el 0,39% después de que se levantaran prácticamente todas las restricciones a los vuelos comerciales en Europa.