Lunes rojo después del viernes negro . Las ventas minoristas en Estados Unidos no tiran con mucha fuerza tras el pistoletazo de salida a la campaña comercial que se inicia después de Acción de Gracias, y que suelen permitir pasar a números negros los balances del sector comercial. Además, el resto de datos macroeconómicos de ayer no fueron muy buenos: el ISM manufacturero del mes de octubre fue bastante pobre.

Con estos datos, las grandes bolsas ya caían con fuerza a ambos lados del Atlántico. Luego, la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER, en sus siglas inglesas) certificó que en EEUU comenzó la recesión ya en diciembre del 2007. El informe se dio a conocer con las bolsas europeas ya cerradas, por lo que el mayor efecto se notó en el índice de Wall Street, que cedió más del 7%.

En Europa, la encuesta a los gestores de compras industriales, que se conoce como PMI, arrojó un mal registro para Gran Bretaña --se encuentra en niveles más bien bajos-- y para España, en mínimos. Como consecuencia, las bolsas europeas iniciaron la semana con pérdidas que fueron ahondándose después de que Wall Street abriera sus puertas. El descenso del 4,5% del Ibex 35 español, que llevó al indicador hasta los 8.510 puntos, resultó el menos abultado entre las pérdidas del Viejo Continente, que oscilaron del 5,2% (Londres) al 6,3% (Milán) en el resto de las grandes plazas europeas.

SENSIBILIDAD "Los mercados está muy sensibles a cualquier dato que indique debilidad de las economías. El ISM norteamericano de octubre abunda en la idea de que Estados Unidos se dirige a la recesión", explicó Julián Coca, analista de Inversis. Pero los analistas reconocen también que la enorme volatilidad que preside la contratación bursátil es un factor que contribuye a los movimientos tan bruscos de los índices. "En condiciones más normales de la economía, tras las subidas que se registraron la semana pasada, hoy hubiera tocado una recogida de beneficios del 1,5%", agregó Julián Coca.