El crecimiento de la masa monetaria, que mide el dinero disponible en la zona del euro, alcanzó un récord en julio y señala presiones inflacionistas, pero el Banco Central Europeo (BCE) observará la evolución de los mercados al decidir sobre los tipos.

La expansión de la masa monetaria en circulación en la eurozona, medida por el agregado M3, subió con fuerza en julio hasta la cifra récord del 11,7 por ciento, frente al 10,9 por ciento de junio.

Este fuerte crecimiento de la masa monetaria, que puede generar presiones inflacionistas y superó notablemente las expectativas de los analistas, es un argumento a favor de una subida de las tasas en la zona del euro en septiembre.

No obstante, debido a las recientes turbulencias en los mercados financieros, el BCE todavía no ha dejado claro qué va a hacer y ahora podría renunciar al incremento del precio del dinero anunciado a comienzos de agosto y dejarlo en el 4 por ciento.

El BCE informó hoy de que el incremento anual de este agregado monetario en el trimestre de mayo hasta julio fue del 11,1 por ciento, frente al 10,6 por ciento del trimestre entre abril y junio de 2007.

El banco JP Morgan consideró que la aceleración del M3 en julio refleja un crecimiento más fuerte del M1, que es el efectivo en circulación y los depósitos a la vista de los residentes en la zona euro, y de otros depósitos a corto plazo.

"Los créditos a los hogares mantuvieron la desaceleración" en julio, encabezados por la bajada del crecimiento de créditos para el pago por la compra de una vivienda hasta el 8,1 por ciento, frente al 8,4 por ciento de junio, según JP Morgan.

Los incrementos de las tasas desde diciembre de 2005 han contribuido a una estabilización del aumento de los créditos hipotecarios y de consumo en los últimos meses. Sin embargo, la expansión monetaria se encuentra muy por encima de los niveles que el BCE establece adecuados para salvaguardar la estabilidad de precios a medio plazo, que sitúa en un crecimiento del M3 del 4,5 por ciento.

El presidente del banco europeo, Jean-Claude Trichet, dijo el lunes en Budapest que el BCE no ha cambiado su evaluación sobre la política monetaria de la eurozona desde el pasado 2 de agosto, cuando preparó a los mercados financieros para una subida moderada de las tasas y, al mismo tiempo, enfatizó que prestará gran atención a las turbulencias de los mercados financieros.

La semana pasada, el BCE señaló que todavía está dispuesto a subir los tipos básicos de interés para la zona del euro en septiembre, pero la decisión dependerá de la evolución de los mercados financieros hasta entonces.

Intento de normalización

Con varias inyecciones de liquidez adicional, el BCE ha intentado normalizar el funcionamiento del mercado del dinero del euro, al mismo tiempo que también orienta su política monetaria a frenar la inflación.

El BCE ha inyectado 211.365 millones de euros adicionales en subastas rápidas y otros 40.000 millones de euros en una subasta con vencimiento a tres meses para paliar la falta de liquidez generada por la crisis hipotecaria y crediticia en EEUU, que ha afectado seriamente a varios bancos europeos.

La medición del dinero en circulación constituye uno de los dos pilares en los que el banco emisor europeo basa su política monetaria, cuyo fin es lograr la estabilidad de los precios, y sirve de referencia a la entidad para poder prever la inflación en los doce países que comparten el euro.

El agregado M3 comprende el efectivo en circulación, depósitos a la vista y a plazo hasta dos años, depósitos disponibles hasta tres meses, cesiones temporales de deuda y fondos de inversión en activos del mercado monetario (FIAMM).