Lo que desde hace meses eran aguas movedizas en el imperio Disney han alcanzado desde ayer categoría de maremoto. En un anuncio que pilló por sorpresa a muchos, Comcast Corporation, el mayor operador de cable de EEUU, lanzó una oferta pública de adquisición (OPA) hostil sobre Disney. La propuesta, valorada en unos 52.000 millones de euros (8,64 billones de pesetas) y que incluye la asunción de la deuda de 9.370 millones que aprieta al gigante de la animación, crearía el mayor conglomerado multimedios del mundo.

De momento, el resultado de la agresiva oferta de Comcast ha sido incrementar la ya fortísima presión sobre el cuestionado presidente de Disney, Michael Eisner, cuyas estrategias directivas han abierto una cruenta batalla interna.

Brian Roberts, consejero delegado de Comcast, anunció en una carta pública el rechazo de Eisner a considerar su oferta. Según ésta, la compañía de Filadelfia pagaría 20,8 euros por acción de Disney, lo que supone un 9,9% de prima sobre el precio que se pagaba por ellas en la bolsa el pasado martes. Los accionistas de Disney, que ayer vieron cómo se imponía la lógica bursátil y mejoraba la cotización de sus títulos --mientras caía la de Comcast-- retendrían un 42% de la nueva compañía.

DISTRIBUCION Y CONTENIDOS Comcast, que llega a casi 21 millones de hogares y que en el 2002 hizo su última gran apuesta al comprar el sistema de internet por banda ancha de AT&T, podría mejorar el sistema de distribución de Disney, según Roberts. A la vez, el operador de cable abriría sus posibilidades en uno de los puntos donde parece haber alcanzado su límite: el de contenidos. Comcast podría distribuir, entre otros, los canales deportivos de ESPN y los infantiles ABC Family o Disney Channel, incluidos en el imperio Disney, que concentra también parques de atracciones, productos y estudios cinematográficos.

Es éste último campo, y más concretamente el de la animación, el que durante décadas fue el eje de Disney y el que más se ha desestabilizado en los últimos meses. Primero la compañía anunció el cierre de sus estudios de animación tradicional en Florida. Este mismo mes, Pixar, los estudios de animación por ordenador con los que Disney ha realizado cinco multimillonarios proyectos en la última década, anunciaron que no renovarán su contrato.

En las dos decisiones, la mayor parte de la culpa se le ha atribuido a Eisner, y las acusaciones más duras han llegado desde su propia compañía. Roy Disney, sobrino del fundador, abandonó en noviembre el consejo de dirección junto a Stanley Gold y desde entonces ha liderado la campaña Salvad a Disney, que intentará culminar el 3 de marzo.

Ese día se celebra en Filadelfia la junta de accionistas y, según normas recientes de la Comisión del Mercado de Valores estadounidense, en ella se podría presentar una propuesta alternativa de dirección si al menos el 35% de los accionistas rechazan a Eisner y a su equipo. Los analistas ven difícil que se alcance ese porcentaje, pero también admiten que la medida será suficiente para mostrar un preocupante descontento con la actual dirección.

CAMPAÑA Eisner ha puesto en marcha una agresiva campaña en su propia defensa. Aprovechando la reunión de dos días que Disney finaliza hoy en Orlando, se ha reunido con más de 40 inversores institucionales, analistas y expertos en gobierno corporativo. Además, ha dejado saber que tiene un plan de sucesión, aunque no ha facilitado nombres. Aunque algunos analistas creen que la oferta de Comcast es insuficiente, la presentación de la OPA ya ha puesto en guardia a la competencia.