La morosidad de los créditos hipotecarios concedidos en España para adquirir una vivienda se elevó hasta el 0,41% al cierre del 2006, frente al 0,374% de diciembre del 2005. Parte de ese alza se debe a la proliferación de los establecimientos financieros de crédito (EFC), cuyo nivel de exigencia en la concesión de préstamos puede ser inferior al de la banca tradicional.

Según la Asociación Hipotecaria Española (AHE), repuntó cuatro centésimas con respecto al cierre del 2005 y, a pesar de ser el nivel más elevado desde la modificación de los criterios contables (junio del 2005), "sigue siendo objetivamente muy bajo". El mayor aumento correspondió a los establecimientos financieros de crédito.