Con los alimentos pasa como con la vivienda, dos productos de primera necesidad que están por las nubes, pero que el IPC no refleja fielmente. El Gobierno --los gobiernos-- encargan ahora estudios para hallar la raíz del asunto, pero lo hacen porque tienen que enviar el mensaje de que no están quietos, de que se preocupan. Cuando el problema no era tan manifiesto, Alvarez-Cascos se explicó de forma meridiana: los pisos suben porque hay demanda.