La OCDE revisó hoy sustancialmente a la baja sus previsiones de crecimiento para la economía estadounidense este año, y redujo también ligeramente la de Japón, mientras que mantuvo la de la zona euro, que no está sufriendo tanto el efecto de las turbulencias financieras. La economía estadounidense crecería en 2008 un 1,4% en lugar del 2% que había augurado en diciembre si se cumplieran en el primer semestre las predicciones presentadas hoy por el economista jefe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Jorgen Elmeskov.

En la zona euro, la subida del Producto Interior Bruto (PIB) con los nuevos datos de la primera mitad del año sería del 1,9%, la misma que figuraba en el informe semestral de Perspectivas Económicas, y del que Elmeskov hizo hoy una revisión intermedia. Japón, por su parte, incrementaría su PIB un 1,5%, una décima menos de lo apuntado en diciembre por el conocido como el "Club de los países desarrollados". Elmeskov reconoció que ninguna de las grandes zonas de la OCDE podrá permanecer inmune a la crisis financiera, pero marcó importantes diferencias entre Estados Unidos y Europa, porque el primero "está básicamente estancado", y, en concreto, durante este primer semestre "en una horquilla cercana del 0%, que no sabemos si finalmente será positiva o negativa".

Los expertos de la organización calculan para EEUU un crecimiento en el primer trimestre de este año del 0,1% respecto al periodo de octubre a diciembre del año pasado, pero con un grado de incertidumbre de cuatro décimas por encima y por debajo. En el segundo trimestre de 2008, la cifra avanzada es del 0%, con un grado de oscilación posible de cinco décimas. El economista jefe contrastó esa situación con la de la zona euro, que aunque atraviesa "un periodo de crecimiento inferior a la tendencia", "no ha sufrido tanto" por los efectos de la crisis generada por las hipotecas inmobiliarias de alto riesgo.

Así las subidas del PIB trimestral en el conjunto de países de la moneda única se situarán en el 0,5% y en el 0,4% en los dos primeros trimestres del año, lo que corresponde a un ascenso en términos anuales del 2% y del 1,6%, respectivamente. Dentro de la zona euro, los grandes países tendrán un ritmo de progresión inferior al 1,9% de media en 2008, con un 1,8% para Francia y Alemania, y un 1,1% para Italia. España se situará netamente por encima de esas magnitudes, precisó a Efe uno de los responsables del departamento económico de la OCDE, que dijo no poder ofrecer una cifra concreta.

Elmeskov explicó que se ha producido una "reducción del crédito" en Europa, pero no se puede hablar de hundimiento como en Estados Unidos, y añadió que las posibilidades de que eso se produzca "dependen de los acontecimientos en los mercados financieros". También comentó que "las situaciones son muy divergentes" en lo que se refiere al sector inmobiliario en Estados Unidos y en Europa, ya que en esta última zona "los riesgos son menores".

Constató que en países como España e Irlanda "se ha iniciado un ajuste que va a seguir en otros", pero hizo hincapié en que el contexto en Estados Unidos es otro, ya que la construcción representa el 3,9% del PIB, como en periodos "nefastos" del pasado, y puede bajar en el horizonte del primer trimestre de 2009 al 3,1%, menos que en el periodo crítico de 1982. Es más, el economista jefe de la OCDE advirtió de que "no podemos garantizar que la caída se detendrá allí". Uno de los elementos relativamente alentadores sobre la economía europea que destacó es que el desempleo se sitúa "en un nivel muy bajo", con lo cual "no hay por qué esperar" una disminución de la demanda en el Viejo Continente pese al deterioro de la confianza que muestran las encuestas.

Preguntado sobre la fuerte apreciación del euro que se ha producido respecto del dólar, Elmeskov estimó que "los efectos son bastante limitados" sobre el crecimiento en los países de la moneda única, ya que el comercio exterior tiene un peso limitado y además si bien hay un impacto negativo sobre las exportaciones, es positivo sobre las importaciones. Sobre las políticas monetarias, dijo que "parece imponerse una cierta estimulación" en Estados Unidos, dado su "débil" crecimiento previsto para este año, mientras que en la zona euro "hay pocas posibilidades de estimulación" dado el alto nivel de inflación, incluida la subyacente.