La cumbre de la ONU sobre la Financiación para el Desarrollo, que se inauguró ayer en Doha (Qatar), reclamó un mayor compromiso hacia los países pobres, a pesar de la situación de crisis económica que, considera, no debería restringir las ayudas a las zonas desfavorecidas.

El presidente de la asamblea general, Miguel D´Escoto, lamentó que en los países desarrollados se estén elaborando planes multimillonarios para respaldar los sistemas financieros y se dediquen "billones de dólares en guerras contra el terror", mientras los países pobres siguen padeciendo hambre.

Por su parte, el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, pidió incluir a los países del tercer mundo como objetivo de las medidas de rescate de los países desarrollados.

A las reuniones asisten, entre otros, los presidentes de Francia y de la Unión Europea, Nicolas Sarkozy; de Costa Rica, Oscar Arias, y el de Irán, Mahmud Ahmadineyad, además del ministro español de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, que ayer se reunió con el primer ministro qatarí, el jeque Hamad bin Yasem.

IDEA DE SARKOZY El Gobierno de Sarkozy fue el que hizo la propuesta más controvertida al proponer que se aplique una tasa sobre los billetes de avión y otros emisores de gases contaminantes, además de en las loterías, que sirva para paliar los efectos nocivos de la globalización y financiar las ayudas públicas al desarrollo. Francia planteó esta idea a través del secretario de Estado para la cooperación, Alain Joyandet. La Unión Europea es quien mantiene el grueso de las ayudas al subdesarrollo, con una aportación de 48.000 millones de euros, el 60% del total. Una aportación que Sarkozy, presidente de turno de los Veintisiete, se comprometió a mantener e incluso a elevar hasta el 0,7% del producto interior bruto (PIB) para el 2015, "sin que se vea sacrificada por la crisis económica".