La economía española aguantó el tipo durante el primer trimestre del año, a pesar del conflicto en Irak. El Banco de España estima que el producto interior bruto (PIB) creció "en torno al 2%" durante los tres primeros meses del año, una décima menos que durante el último trimestre del año pasado. Este crecimiento se sustenta, en gran medida, en el gasto de los hogares, aunque se ha moderado.

En el último Boletín económico , el Banco de España admite que el análisis del primer trimestre "resulta especialmente complicado" ya que es imposible discernir en qué medida los datos responden al clima de incertidumbre por la guerra en Irak, "o si reflejan otro tipo de factores que pueden estar entorpeciendo la recuperación de la economía".

En todo caso, el Banco de España considera que la economía española "ha mantenido unas condiciones favorables para la reanimación", aunque dependerá del entorno internacional.

En la primera parte del año, el consumo privado creció algo menos que el 1,8% anotado a finales del 2002. Subió la renta disponible de las familias, que aumentaron su endeudamiento, aunque mejoraron su tasa de ahorro. La construcción mantuvo una notable fortaleza, aunque en suave desaceleración. La recuperación de la industria se frenó. La inversión de las empresas tuvo un crecimiento nulo.

El análisis apunta como "notas más esperanzadoras" el rápido desenlace de la guerra, la tendencia a la estabilización del precio del crudo y la evolución favorable de algunos mercados financieros. Se afirma que, tras la guerra, "parece vislumbrarse un mayor optimismo en los mercados" y que "se han moderado las expectativas de bajadas adicionales en los tipos de interés" tras el recorte de un cuarto de punto en marzo. El Banco de España alerta además del significativo del aumento del precio de los inmuebles.