El precio del pollo está por las nubes. La semana pasada, el amarillo alcanzó 1,23 euros por kilo en la lonja de Bellpuig, la que sirve de referencia para el mercado español. El presidente de la junta de precios, Ramón Torres, no lo había visto nunca tan caro, 89,2% más que hace un año.

El tirón del consumo, en especial en la costa, contrasta con lo que ocurría el año pasado, sobre todo por los ecos de la contaminación de una partida de pollos asados del grupo Sada. Era un preludio de lo que ocurriría un par de meses más tarde, cuando empezaron a aparecer en Asia casos de gripe aviaria.

En opinión de Ramón Torres, los altos precios actuales se deben, además de a la recuperación del consumo, a la reducción de la producción.

También ha subido el gasto en alimentación de los hogares españoles. Ascendió a 29.083 millones de euros en el primer semestre del año, un 6% más que el mismo periodo del año pasado, según datos de Agricultura.