Fueron 20 minutos de infarto. Un millar de segundos en los que el pánico se apoderó nuevamente de los inversores en Wall Street como no ocurría desde hace tiempo. Y no fue para menos. En media hora llegaron a volatilizarse el jueves más de 258.700 millones de euros en una de las jornadas más dramáticas que se recuerdan en la Bolsa de Nueva York. Por momentos pareció que se repetían las escenas de pánico y desesperación de hace menos de dos años con el derrumbe de Lehman Brothers.

La Securities and Exchange Commision (SEC), el organismo regulador del mercado, anunció ayer mismo una investigación para comprobar si lo ocurrido se hizo de forma intencionada y maliciosa, si detrás hubo una mano oscura buscando sacar tajada, o si por el contrario fue producto de un fallo informático, porque lo que sí ha quedado casi totalmente descartado es que fuera por un error humano. "Esto no fue algo del mercado, fue por falta de supervisión", afirmaban desde las filas demócratas.

Error ortográfico

Entre las opciones que llegaron a barajarse durante las horas posteriores al cierre de los mercados se dijo que una gran parte de la culpa del inusitado desplome del índice Dow Jones, que en el punto más bajo llegó a caer un 9%, la tuvo un error ortográfico cometido por un agente bursátil que confundió la M de millones con una B de billones en una operación de venta de títulos de Procter & Gamble. El banco en cuestión lo negó tajantemente y la empresa afectada dijo no tener pruebas de que hubiera ocurrido.

Pero más que un fallo provocado por un fat finger , expresión que se usa en inglés para hablar de errores tipográficos, la tesis que cobra más fuerza es que fue la incertidumbre por la crisis de la deuda griega la que llevó al desplome, a lo que se sumó también un posible error en los programas informáticos de los brokers para hacer operaciones bursátiles a gran escala y en milésimas de segundo, según Dave Lutz, director de operaciones de Stifel Nicolaus.

Un comité del Congreso celebrará la próxima semana una reunión para debatir sobre la falta de normas que regulen esas actividades, incluido el polémico intradía de alta frecuencia. El presidente de EEUU, Barack Obama, habló también de lo ocurrido y dijo que la investigación ayudará a proteger a los inversores e impedirá que se repita algo parecido en el futuro. El resultado, según el presidente estadounidense, se publicarán con las recomendaciones para tomar las "medidas apropiadas".