Uno de cada tres empresarios españoles es mujer, según los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA). A partir de este colectivo, un estudio que fue difundido ayer pone de manifiesto que los negocios de las mujeres son escasamente dependientes de la financiación ajena y que, por el contrario, echan a andar y funcionan, sobre todo, con recursos propios.

Según el estudio promovido por la Fundación Banesto y por la organización de mujeres empresarias Omega, el 67,8% de las empresarias iniciaron su negocio con recursos propios y solo el 43% acudió a las entidades financieras. Una vez el negocio en marcha, solo el 28% de las 628 empresarias encuestadas dice requerir de financiación ajena en el momento actual. Eso demuestra que las empresarias crean negocios "más sólidos", aunque el crecimiento suele ser menor que el de las compañías en las que el propietario es un hombre, ya que asumen "menos riesgos" y son más prudentes, se afirma.

CON INICIATIVA El estudio difundido ayer trata sobre el impacto de la actividad empresarial femenina en la economía. Las conclusiones apuntan que el 71% de estos negocios empiezan desde cero, un dato que revela el "fuerte carácter emprendedor de las mujeres de empresa".

Los sectores económicos con mayor presencia empresarial femenina se concentran en el sector servicios y son los de hostelería (el 7,3% del total), asesoría y consultoría (el 5,4%), peluquería (el 4,1%), abogacía (2,8%), educación y enseñanza (el 2,4%) y sanidad (el 2,1%), sobre un total de 70 actividades empresariales.

Al analizar el motivo por el que se creó la empresa, el 31% apunta el de estar en desempleo. Otras motivaciones son por desigualdad salarial (el 11,6%), por precariedad en la contratación (el 14,45%), por oportunidad de negocio (el 70,4%) o por apoyo a la economía familiar (el 52,9%). El 94% de las empresarias realiza además trabajos domésticos.