César Alierta, presidente de Telefónica, y el joven presidente de la República Checa, Stanislav Gross, estamparon ayer sus firmas sobre el contrato de compra de la operadora Cesky Telecom, la primera de aquél país. Telefónica se queda con el 51,1%, después de no pocos avatares --sobre todo políticos-- y se abre una puerta para el negocio en los países del Este. La española desembolsará 2.746 millones de euros, la mejor oferta, por encima de Swisscom y Belgacom.

La compañía que preside Alierta se ha comprometido a lanzar una oferta pública de adquisición (OPA) a lo largo del 2005, por el resto del capital, pero las condiciones y el precio aún no se conocen.

CRITICAS Durante la firma, ayer en Praga, Gross y Alierta respondieron de forma indirecta a las críticas de los sectores políticos hacia el primer ministro checo, y de los económicos hacia el presidente de Telefónica. Gross acaba de salir de una moción de censura en el Parlamento, lo que le permitió aprobar el pasado día 6, en Consejo de Ministros, la privatización de la telefónica, que tenía el 100% de su capital en manos del Estado. Alierta ha encajado las dudas de sociedades de calificación como Standard & Poor´s y Moody´s, que han cuestionado la política de endeudamiento de Telefónica.

Según fuentes de Telefónica, que descartan más compras en el Este, el potencial de Cesky más los acuerdos de penetración que tiene ya en otros países del área, próximos a consolidar su entrada en la UE, compensarán la actitud de prudencia.

Alierta también confirmó que mantiene el interés por Turk Telecom, la operadora de Turquía. Insistió en que siguen "estudiando la posibilidad de comprarla, pero hasta el momento sólo son consideraciones".

Mientras, en Portugal, el diario económico Jornal de Negocios anunció ayer que Telefónica puede aumentar el actual 9,8% que controla en el capital de Portugal Telecom (PT) a través de participaciones, tanto directas como indirectas.