Tercera jornada consecutiva de subidas para las bolsas europeas, en una jornada cargada de volatilidad y en la que el Ibex pasó de las ventas a las compras tras la apertura de Wall Street. El selectivo fue el mejor indicador de Europa y subió el 1,88%, hasta los 7.340 puntos. Los tres días consecutivos al alza suponen una revalorización del 7,6%. Y no fue fácil, porque el Ibex marcaba poco después de las once de la mañana mínimos del día en 7.008 puntos, 300 por debajo de su nivel de cierre.

Los cambios de ánimos se vieron algo apaciguados por las ventas minoristas de febrero. Se trata de una referencia clave, ya que el 70% del PIB americano depende del consumo. Por eso, gustó que bajaran tan solo el 0,1%, frente al 0,5% esperado. Y sin contar la venta de automóviles, incluso subieron el 0,7%. La cifra eclipsó la rebaja de rating de General Electric por parte de Standard & Poor´s y la subida de las peticiones de subsidio por desempleo. Con esos datos, las bolsas no solo se alejaron de los mínimos del día, sino que cerraron con subidas. Un mal menor, porque a media sesión pintaban bastos, sobre todo tras conocerse el hundimiento del 7,5% en la producción industrial alemana, casi el doble de lo previsto.

El Ibex se fue hasta los 7.300 puntos gracias al tirón de Iberdrola, del Santander y del BBVA, tres grandes valores que consiguieron apuntalar los ascensos. Curiosamente, los dos grandes bancos llegaron a perder cerca del 5%, pero terminaron con alzas de entre el 2% y el 3%. Entre los blue chips destacaron también Telefónica, que ganó el 1,61%, y la eléctrica Iberdrola, con un avance del 4,7%. Por la parte baja, los peores fueron Telecinco e Iberia, con caídas en torno al 4%.

En el mercado continuo, el ladrillo explotó al alza. Si el miércoles fue solo Reyal Urbis, ayer las subidas llevaron a Metrovacesa, Parquesol, Renta Corporación, Realia y la propia Reyal a ganancias significativas. Acabaron con alzas que fueron desde el 8% al 46%.