Tras 11 sesiones, el juicio contra el presidente del SCH, Emilio Botín, por los pagos millonarios al excopresidente y al exconsejero delegado José María Amusátegui y Angel Corcóstegui, quedó ayer visto para sentencia. Los banqueros renunciaron a su derecho a la última palabra después de que sus letrados pidieran la absolución por entender que no cometieron ningún delito.

El abogado de Botín, Gonzalo Rodríguez Mourullo, explicó a los jueces que su cliente no delinquió al suscribir con Amusátegui y Corcóstegui los contratos que establecían sus jubilaciones.