El Gobierno, los empresarios y los sindicatos tienen ya hilvanado un nuevo plan de choque para paliar la sangría que sufre el sector textil. Entre las medidas que se negocian figura el abaratamiento del despido mediante subvenciones a las empresas "con proyección de futuro", según figura en el documento de trabajo en discusión, al que ha tenido acceso este diario.

El capítulo de propuestas sociolaborales es, según todas las partes implicadas, el más controvertido de una larga lista de medidas y, al mismo tiempo, esencial para que el plan tenga entidad. El documento que tiene sobre la mesa el Gobierno, elaborado el pasado julio, recoge las aportaciones de los empresarios y los sindicatos con la coordinación del Ministerio de Industria.

El documento plantea, para las compañías con viabilidad, "medidas que atemperen el coste para la empresa del reajuste necesario de personal, evitando con ello una descapitalización de las mismas que ponga en peligro su continuidad y adaptación al nuevo marco".

COMPLICACIONES Esta propuesta se concreta en la concesión de "ayudas que vayan directamente a reducir el coste del ajuste de personal, sea con aportaciones del Fondo de Garantía Salarial (Fogasa) u otros instrumentos". El recurso al Fogasa tiene algunas complicaciones. En primer lugar, sería necesario establecer una excepción en las condiciones generales, que sólo prevén ayudas para los trabajadores de empresas de hasta 25 trabajadores. En segundo lugar, CCOO ha advertido de que está en contra de que el Fogasa financie esas ayudas especiales para el textil, según explicó Carmen Expósito, la responsable sindical del sector.

Para Salvador Maluquer, secretario general del Consejo Intertextil, "está claro que nadie quiere ayudar a las empresas a cerrar", pero sí contribuir al mantenimiento de las compañías competitivas. Respecto al mecanismo para financiar estas ayudas, afirma que aunque el Fogasa tiene excedente, es el Gobierno quien tiene que decidir el origen de estos y otros fondos necesarios para el plan anticrisis.

Entre las medidas propuestas hay un apartado de ayudas a la jubilación. El envejecimiento de los trabajadores ha llevado al sector a tener un tercio de los asalariados de entre 46 y 64 años, lo que equivale a unas 70.000 personas. Para ayudar a estos trabajadores en caso de despido, el documento base del plan propone dar una ayuda de transición para cubrir el periodo entre el final del cobro de la prestación de paro y la jubilación anticipada.

Además, proponen más facilidad de acceso al retiro anticipado, menos coeficientes reductores de la pensión, así como un contrato de sustitución de trabajadoras jubiladas a partir de 60 años con la paga íntegra relevadas por jóvenes. El plan anticrisis del textil será el segundo en tres años, tras el del 2003.