"Las consecuencias que realmente están en juego no son otras que si el ingente número de perjudicados por la descapitalización de Grand Tibidabo podrán, después de años de espera, recuperar parte de los ahorros perdidos con los despojos que actualmente quedan en dicha sociedad". Así de contundente es la sentencia de la Audiencia de Barcelona que condena a tres años de cárcel al financiero Javier de la Rosa por su participación en la apropiación indebida de 68 millones de euros de la firma que presidió hasta 1993. El tribunal recoge el acuerdo alcanzado antes del juicio por la fiscalía, las acusaciones particulares y las defensas, y rechaza la tesis de la Abogacía del Estado, en representación de Hacienda, de la existencia de fraude fiscal.

El tribunal condena por apropiación no solo a De la Rosa, sino que también impone un año de prisión a Juan Cruells, exdirector general y luego presidente de Grand Tibidabo; a Florencio Cerdà, expresidente del Consorcio Nacional del Leasing (CNL); y al empresario Ramón Fiter. A Arturo Piñana, vinculado a De la Rosa, se le imponen seis meses de cárcel, mientras que el exdiplomático Manuel Prado y Colón de Carvajal ha sido condenado a tres meses.

Sin embargo, el efecto más relevante de la sentencia es que abre la puerta para que los pequeños accionistas de Grand Tibidabo --se calcula que unas 10.000 personas-- puedan recuperar parte del dinero que invirtieron. Los accionistas perjudicados cuentan ahora con una sentencia con la que podrán reclamar a los condenados, por la vía civil, las indemnizaciones. Su esperanza es percibir parte de los 13 millones de euros depositados en el juzgado.