El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, mostró hoy su preocupación por la persistencia de una inflación elevada en la zona euro, y dejó claro que esta institución está "determinada" a garantizar el "anclaje firme de las expectativas de inflación a largo plazo". Ante la comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, Trichet aseguró que el Banco permanece en "alerta" e hizo hincapié en que el control de los precios "es un requisito esencial" para impulsar el crecimiento económico y la creación de empleo.

El presidente de la autoridad monetaria europea también recordó la importancia de evitar efectos "de segunda ronda", es decir, el contagio de las subidas a otros precios y salarios, y pidió un esfuerzo a todos los agentes económicos en ese sentido. Tras su decisión de mantener los tipos de interés en el 4 por ciento el pasado 5 de junio, el Consejo de Gobierno del BCE continúa en estado de "alerta intensificada" ante las tensiones inflacionistas, recalcó Trichet.

En cuanto a las causas del aumento de los precios, se refirió al fuerte encarecimiento del petróleo y los alimentos. Trichet afirmó que, a su juicio, hay un desajuste claro entre la oferta y la demanda de crudo, y restó importancia a posibles movimientos especulativos en este mercado. Sobre la actividad económica, insistió en que la zona euro tiene "cimientos sólidos y no sufre de grandes desequilibrios", pero recalcó que las perspectivas de crecimiento siguen rodeadas de incertidumbre, por el riesgo de mayor impacto de las turbulencias financieras, así como de subidas adicionales del petróleo y los alimentos.