Los ministros de Finanzas de los Veinticinco pidieron ayer a China un aumento gradual de la flexibilidad del tipo de cambio de su moneda, el yuan, y aseguraron que ello beneficiaría a la economía china y también a la mundial. El ministro austriaco de Finanzas, Karl-Heinz Grasser, presidente de turno del Ecofin (Consejo de Ministros de Economía de la UE), afirmó que una mayor flexibilidad del yuan contribuiría a reducir los desequilibrios globales.

Grasser se expresó así, en rueda de prensa, tras presidir el séptimo encuentro de ministros de Finanzas de Asia-Europa (ASEM), que reunió en Viena a representantes de los 25, la Comisión Europea, Brunei, Camboya, China, Indonesia, Japón, Laos, Malasia, Birmania, Filipinas, Singapur, Corea del Sur, Tailandia y Vietnam. Al margen de este encuentro, Grasser se reunió con el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios, Joaquín Almunia, el ministro luxemburgués de Finanzas, Jean-Claude Juncker (también presidente del Eurogrupo), y la delegación china para tratar, entre otros asuntos, la situación del yuan.

PRESION DE EEUU Estados Unidos, y en menor medida la UE, llevan años presionando a China para que ajuste su moneda a los mecanismos del mercado, pues afirman que está infravalorada para abaratar sus exportaciones y conquistar el mercado mundial.

Por otro lado, los ministros europeos y asiáticos coincidieron en que el elevado precio del petróleo, la persistencia de desequilibrios globales, las tendencias proteccionistas y la posibilidad de una pandemia de gripe aviaria son los principales riesgos que afronta la economía mundial.