Otro día más y otra nueva prueba de que el mercado inmobiliario en Estados Unidos no termina de levantar cabeza. Si hace 48 horas el golpe venía por el desplome de las ventas de casas de segunda mano, ayer fue por el último dato de las ventas de viviendas de nueva construcción, que cayeron en julio un 12,24%, su nivel más bajo desde los años 60. Wall Street se tiñó de rojo.

El Departamento de Comercio, que también ha tenido que revisar a la baja el aumento de las ventas en junio, reveló ayer que en los últimos 12 meses se vendieron 276.000 unidades, a pesar de que el precio medio de venta de las viviendas de nueva construcción se situó en 204.000 dólares, casi un 5% menos que el año anterior, y con los tipos de interés más bajos que nunca.

Los datos ponen de manifiesto la fragilidad de la recuperación y los republicanos se han echado sobre el Ejecutivo. El líder de la oposición en la Cámara de Representantes ha pedido al presidente Barack Obama que asuma las consecuencias del "fracaso" de sus políticas y despida a su equipo económico.