José Luis Rodríguez Zapatero reclamó ayer a los países miembros de la zona euro que sean "responsables" y colaboren en el plan de rescate que puede ser necesario para sacar a Grecia de las aguas movedizas. El jefe del Ejecutivo español habló de forma muy directa a sus homólogos en calidad de presidente rotatorio de la UE y les recordó que en "los fundamentos" de la creación de la moneda única se encuentra la idea de la "corresponsabilidad".

España, aseguró Zapatero, puede y está dispuesta a asumir su cuota de solidaridad. Sin cifras oficiales, fuentes de la Moncloa cuantifican en 2.000 millones la aportación española.

Zapatero llegó a Bruselas con el objetivo de convencer a la cancillera alemana, Angela Merkel, quien, con unas elecciones complicadas en mayo, se resiste a hacer cualquier aportación econó-mica extraordinaria a la UE. Durante toda la semana, las gestiones para atraerse al Ejecutivo alemán se habían hecho a través de los sherpas y del ministro de Exteriores, Miguel Angel Moratinos, y ayer fue directamente Zapatero quien telefoneó a Merkel cuando esta aterrizó en Bruselas.

La participación del Fondo Monetario Internacional (FMI) era la solución ideal y única que planteaba la dirigente alemana, pero al final su ayuda se combinará --en un porcentaje desconocido-- con la que aporten los países de la zona euro.

PATERNIDAD COMPARTIDA "Esa fórmula mixta ya se abordó en la reunión entre Zapatero y Nicolas Sarkozy el martes en París", explicaron ayer fuentes de la Moncloa que intentaban demostrar que el acuerdo no tiene solo la paternidad tradicional franco-alemana.

Zapatero aseguró poco antes de que se hiciera público que había un principio de acuerdo que veía "admisible" la participación del FMI pero hacía campaña por que la solución fuera "fundamentalmente europea".

Preguntado sobre cuál sería la aportación española, el jefe del Ejecutivo no se atrevió a aventurar ninguna cifra, pero remarcó que España "aportará como le corresponde". Fuentes de la Moncloa sí señalaron que si el paquete de préstamos ascendiera a unos 17.000 millones de euros, a España, por el peso de su PIB en la zona euro y por su población, asumiría en torno al 12%, unos 2.000 millones.

Preguntado sobre si España es capaz de asumir este gasto, Zapatero insistió en que se trata de un "préstamo, de un dinero que se devuelve y, además, con intereses" y que repercutiría sobre el déficit, y no sobre la deuda pública, que está 20 puntos por debajo de la media de la UE.