Obtener más votos no equivale a lograr más poder territorial. Pero salvar un obstáculo tras haber tropezado seis veces seguidas supone una victoria. Mariano Rajoy está muy satisfecho. El PP ha batido su récord en unas municipales con 7.914.00 votos. Y él ha ganado por primera vez unas elecciones, planteadas además como una cuestión personal. Y como es la primera vez, habla de "vuelco electoral" y de posibilidades de triunfo cara a las próximas elecciones generales. El líder del PP se dejó ayer de disimulos y concluyó que los españoles habían votado "programas y candidatos" pero también "futuro".

El PP considera que ha levantado cabeza tras el mazazo del 14-M y "los intentos de exclusión y acoso del resto de fuerzas". Para ello, ha hecho falta una movilización sin descanso ni precedentes. Por ello, Rajoy se deshizo ayer en agradecimientos.

Casi les da las gracias a los que votaron a otros. No lo hizo, pero recordó que el suyo es un partido abierto a los que piensan como él y a los que creen "que otros no hacen las cosas bien". Es decir, moderación y centrismo a base de bien. Rajoy se equipara a líderes conservadores europeos como Nicolas Sarkozy o Angela Merkel. El aún está en la oposición, pero se vende como el único político capaz de mejorar el bienestar de todos los españoles.

ESFUERZO REDOBLADO "Si pudiera hablar con los ciudadanos uno por uno, les convencería de que puedo ser un buen presidente del Gobierno", dijo para espanto de sus colaboradores. Y es que Rajoy se ha pateado toda España y ayer prometió trabajar "con muchísima más intensidad" para superarse. Cree que el esfuerzo ha valido la pena. Sobre todo, si se tiene en cuenta que nunca un presidente del Gobierno se había involucrado tanto en unas municipales como José Luis Rodríguez Zapatero.

El retroceso de los socialistas en el Ayuntamiento de Valencia y el desastroso resultado en el de Madrid son fruto, recordó Rajoy, de dos "apuestas personales" de Zapatero, Carmen Alborch y Miguel Sebastián. La otra lectura para el PP es que los ciudadanos han premiado la gestión allí donde los populares gobiernan.

Para el caso de Navarra y Baleares, el líder del PP esgrimió la misma tesis, pero rebajó el tono triunfal. Insistió en que Miguel Sanz, candidato de Unión del Pueblo Navarro (UPN), y Jaume Matas pueden gobernar. En el caso de la comunidad foral, Rajoy subrayó que su posición es la de siempre: solo la deberían gobernar UPN o los socialistas y lo más sensato es que repita Sanz por haber logrado más votos. "Yo no puedo ir en coalición con Nafarroa Bai, partidario de la independencia del País Vasco", recordó, antes de añadir que la pérdida de la mayoría absoluta no va a modificar sus posiciones sobre la lucha antiterrorista.

Durante la campaña, el presidente del PP se comprometió a no gobernar donde no fuera la lista más votada. Y ayer emplazó al PSOE a decir lo mismo. "Si lo hacen, podemos entendernos", declaró. Esto permitiría que UPN mandara en la comunidad previa renuncia de los socialistas a pactar con los nacionalistas. Para corresponder, el candidato del PP en Canarias, José Manuel Soria, debería comprometerse a no pactar con Coalición Canaria, para que gobernara el ganador, Juan Fernando López Aguilar.

ORGANIZACION Estos encajes de bolillos empezarán a hacerse a partir de hoy. A primera hora, Rajoy ha llamado a maitines a Alberto Ruiz Gallardón, Josep Piqué, Javier Arenas, Angel Acebes y Eduardo Zaplana, entre otros. Después, comité ejecutivo, con los barones que faltan.