La población extremeña lleva estancada en 1.060.000 personas desde el año 1975, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). La escasa densidad de población ha sido siempre un factor apuntado como limitador del desarrollo económico. Incluso, en el periodo citado se aprecia una leve tendencia bajista, al igual que ha sucedido en Asturias, Castilla y León, Galicia y País Vasco.