Madrid repite como capital de la crispación. Tanto en la dirección del PP como en la federación de los socialistas madrileños se libran duras batallas para ocupar posiciones de futuro. En el caso del primer partido de la oposición, la riña esconde el objetivo de sustituir a Mariano Rajoy si este tirara la toalla después de una segunda derrota electoral en las generales de marzo del 2008.

En el partido socialista de Madrid el clima se ha hecho irrespirable. Después de cohabitar bajo el manto de una cierta discreción, alcaldes muy votados en el cinturón, acostistas, socialdemócratas y renovadores, han vuelto a exhibir sus desavenencias. Las críticas al todavía secretario general y excandidato a presidente autonómico, Rafael Simancas, menudean, mientras que una ignorancia absoluta rodea al excandidato a alcalde, Miguel Sebastián.