Los denodados intentos del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero por solucionar el entuerto creado el pasado jueves en la comisión de Zurbano, al querer imponer a la oposición un nuevo calendario y la escenificación de un acuerdo político, están consiguiendo pocos avances. La mayoría de los grupos parlamentarios mantienen su rechazo a sellar un gran pacto que legitime en forma de patente de corso la gestión económica del Ejecutivo socialista, lo que obligará a la troika ministerial que coordina la comisión a rebajar sus ambiciones y concentrar en un decreto de ley los puntos en los que cuenta con un respaldo unitario.

Según fuentes de la negociación, de las 54 medidas que el Gobierno de Zapatero presentó a los partidos la semana pasada, solamente hay consenso en poco más de una veintena. Estas serían las que formarían parte del decreto que tiene la intención de aprobar el Consejo de Ministros el próximo 9 de abril.

En el resto se buscarán acuerdos con los partidos que permitan sumar la mayoría necesaria para validarlos en el Congreso. CiU y el PNV serán los socios preferentes, pero también se busca pactar medidas con los grupos más minoritarios, siguiendo la estrategia de acuerdos de geometría variable que los socialistas utilizan esta legislatura en las Cortes.

Siguiendo ese objetivo, los titulares de Economía y e Industria, Elena Salgado y Miguel Sebastián, se vieron el miércoles con Joan Ridao (ERC). Este lamentó que el Ejecutivo siga "empecinado en no mover ficha" y se sumó al rechazo a firmar el pacto.