La Guardia Civil investiga las "extrañas circunstancias" en las que un agente de la casa cuartel de Leitza, en Navarra, resultó herido de bala cuando presuntamente abortó un atentado. Durante las primeras horas se creyó que era una acción de ETA, pero resultó sospechoso el silencio de Alfredo Pérez Rubalcaba, ministro del Interior.

A mediodía, la versión del guardia, de 34 años, ya presentaba varias contradicciones. Sus compañeros no descartan que el agente disparara contra su chaleco antibalas a 10 metros y luego se hiriera con su arma en un brazo. Luego, colocó un tubo de PVC en los alrededores a modo de lanzagranadas y dijo que se enfrentó a dos etarras. El agente se recupera en el hospital de Navarra.