ETA fracasó ayer en su intento de atentar contra el acuartelamiento del Ejército de Tierra de Aizoain, en Navarra, y tender después una trampa a la policía. Una granada lanzada desde una furgoneta aparcada en un monte próximo impactó contra el edificio sin hacer explosión, mientras que una segunda apenas llegó a salir proyectada. La policía también localizó a tiempo una bomba oculta en el vehículo utilizado para el atentado, colocada a modo de trampa.

La única granada que salió disparada chocó hacia las 13.10 horas contra el tejado de uno de los edificios del cuartel de Aizoain, localidad situada a seis kilómetros de Pamplona, y después cayó al patio del recinto militar. Especialistas de la Guardia Civil la trasladaron fuera de la zona edificada del cuartel y la hicieron estallar a las tres de la tarde.

Posteriormente, los guardias civiles localizaron la furgoneta utilizada para cometer el atentado, una Peugeot Partner de color blanco a la que los terroristas habían cambiado las placas de matrícula. En el mismo lugar, los agentes hallaron otra granada que apenas había salido proyectada unos metros al ser lanzada.

Durante la inspección del vehículo se detectó una bomba trampa. Los investigadores sospechan que el objetivo principal de los terroristas era matar a los agentes encargados de revisar la furgoneta.