A menos de un mes de la cumbre que decidirá el futuro de la Unión Europea, José María Aznar redobló ayer su cruzada para que la nueva Constitución europea reconozca de modo expreso la herencia del cristianismo.

El presidente formuló su alegato en el foro Ambrosetti, que cada año reúne a la élite empresarial italiana con personalidades de la política internacional en la localidad de Cernobbio, a orillas del lago Como. Y lo hizo delante del primer ministro turco, el islamista moderado Recep Tayyip Erdogan, cuyo país aspira a ingresar en el club europeo.

"NO ES SOLO LA RELIGION"

"Sin la herencia cristiana no se puede explicar Europa. No sólo por la religión, sino por lo mucho que se ha conseguido en libertad, igualdad y derechos humanos", afirmó Aznar en un coloquio a puerta cerrada sobre el futuro de Europa. Además de Erdogan, participaban los primeros ministros de Francia, Jean-Pierre Raffarin, y Austria, Wolfgang Schüssel, y el israelí Simon Peres. Raffarin rechazó los planteamientos del líder español sobre el futuro europeo.

Aznar consideró un error que la Convención que elaboró el proyecto de la nueva Unión Europea no haya incluido en el borrador de la Constitución una mención al cristianismo. El presidente del Gobierno español abogó por corregir esa omisión en la Conferencia Intergubernamental del 4 de octubre próximo, en la que los líderes europeos tomarán una decisión sobre el trabajo realizado por la Convención.

Consciente del amplio rechazo que suscitan sus planteamientos entre los líderes europeos, así como de las susceptibilidades que pueden despertar en Turquía, José María Aznar alegó que la mención del cristianismo "no debe ser un obstáculo para los ciudadanos que tengan otras creencias o que no las tengan, pues la UE no es confesional".

El presidente también expresó su disconformidad con la propuesta de la Convención, desfavorable para España, de reabrir el acuerdo de Niza sobre reparto del poder en la UE. Abogó además por una política exterior europea que "no vaya en contra de nadie y mucho menos de EEUU". "No se debe jugar con la relación trasatlántica", advirtió. Y añadió: "A veces la tentación del débil es que el fuerte lo pase mal, y viceversa".

LAS TESIS FRANCESAS

El primer ministro francés chocó en todos los puntos con Aznar, pese a que ambos son conservadores. Raffarin afirmó que Francia "está satisfecha" con el trabajo realizado por la Convención y, sobre las relaciones con Estados Unidos, dijo que su país "mantendrá la dirección de siempre", en el sentido de que nunca dará un apoyo incondicional a las intenciones de Washington.