El socialista José María Barreda, presidente de Castilla-La Mancha, no quiere que su comunidad autónoma quede al margen del debate sobre las reformas de la Constitución y los estatutos. La madrugada de ayer, Barreda pronunció una conferencia, seguida de una cena-coloquio, en el Club Siglo XXI de Madrid, donde calificó los nacionalismos de "anacrónicos" y advirtió contra el estallido de "procesos desintegradores" en España.

La España de la unidad, la diversidad y la solidaridad. Así tituló este dirigente autonómico su conferencia, en la que no citó a más autonomías que la suya, pero sí abogó por que la democracia española plantee "un rechazo rotundo" al "independentismo de los ricos". Eso sí, sin "negar el pluralismo y la diferencia".

Según Barreda, una eventual reforma del artículo 2 de la Constitución no debería servir para "acentuar" la actual distinción entre nacionalidades y regiones, como plantea Maragall, sino para "eliminar estas diferencias".