Batasuna pretende alcanzar un acuerdo de mínimos con los partidos nacionalistas vascos al estilo del fenecido Pacto de Lizarra, que llevaría implícito una nueva tregua unilateral de ETA. Pese a su ilegalización, esta formación ha celebrado tres asambleas clandestinas. En la última, el 1 de noviembre en Pamplona con 170 participantes, se definió el calendario político para el 2004 y se acordó una drástica reducción presupuestaria ante los gravísimos problemas económicos que atraviesa desde que quedó fuera de la ley.

La estrategia política de Batasuna pasaría por el llamado Foro de Debate Nacional, según publicó ayer El País , Y su objetivo sería poner en marcha un proceso de unidad nacionalista similar al que propiciaron en 1998 el Pacto de Lizarra y la posterior tregua de ETA.

Este foro será presentado públicamente el próximo fin de semana. Sin embargo, los dirigentes del partido proscrito saben desde hace tiempo que no acudirá a esta convocatoria ningún representante significado del PNV ni de Eusko Alkartasuna, ni siquiera del sindicato nacionalista ELA, afín al PNV y que hasta la fecha había secundado otras iniciativas similares de Batasuna.

PROGRAMAS ELECTORALES Estas informaciones destacan que los esfuerzos actuales de Batasuna pasan por lograr un acuerdo de mínimos con las demás formaciones nacionalistas, que podría basarse en la inclusión en los programas del PNV y de EA para las elecciones legislativas de marzo del 2004 de conceptos básicos para los radicales, como el reconocimiento del derecho de autodeterminación, el derecho a la libre decisión del pueblo vasco o la territorialidad de Euskal Herria.

Una vez alcanzado este acuerdo, el siguiente paso sería una tregua unilateral de ETA que ya estaría apalabrada entre la cúpula etarra y dirigentes radicales, según la misma fuente y que, llegado el caso, se haría pública a finales del primer trimestre del próximo año. Su concreción antes o después de las elecciones vendría determinada por el curso de los acontecimientos.

Tras su ilegalización, Batasuna habría celebrado tres reuniones de su asamblea nacional en la clandestinidad, según las fuentes consultadas por el citado diario, a pesar de la presión policial y gracias a unas fortísimas medidas de seguridad internas. Los asistentes a estas citas no conocían el lugar de encuentro hasta horas antes de su comienzo, se trasladaban en autobuses precedidos de coches-guía para eludir controles y se les prohibía llevar teléfonos móviles para evitar que las fuerzas de seguridad pudieran seguirles el rastro.

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La primera de esas asambleas se habría celebrado en noviembre del 2002 en Pasaia (Guipúzcoa); la segunda, en Navarra, en plena celebración de los Sanfermines para eludir los controles policiales, y la tercera, el pasado 1 de noviembre, en Navarra.