Sin pelos en la lengua. El nuevo ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo, hizo ayer honor a su fama de ser un hombre de carácter y arremetió en su discurso de toma de posesión contra el PP y el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Así, pese a que afirmó no querer "intervenir en la bronca política ni responder al insulto", dijo que los populares "se empeñan en trasladar a la jurisdicción lo que solo pertenece al debate político" porque no han "aceptado su derrota en las urnas".

Bermejo respondía así a la ofensiva que el PP ha desatado contra él desde que se hizo público que el presidente del Gobierno le había elegido como sustituto de Juan Fernando López Aguilar. En su discurso, el nuevo ministro agradeció a José Luis Rodríguez Zapatero que, con su nombramiento, le haya dado la oportunidad de comprometerse un poco más en la defensa del Estado de derecho, precisamente cuando este atraviesa "un momento delicado", fruto de "la estrategia" del partido liderado por Mariano Rajoy.

Devolver la independenciaBermejo aseguró que su misión será, por tanto, "devolver el sosiego a los tribunales", cuyos miembros, en su inmensa mayoría, reivindican el respeto a su independencia, virtud que, en su opinión, también necesita "ser protegida de los embates" de los poderes mediáticos. En cuanto al CGPJ, señaló que los tribunales necesitan "con urgencia" que su órgano de Gobierno "recupere la legitimidad" de la que, según él, carece desde que en noviembre caducó el mandato de los vocales actuales.

En medio de la polémica por la rebaja de la pena para el preso etarra Iñaki de Juana Chaos, Bermejo aseguró que empeñará todo su esfuerzo en "dar respuesta justa a todos", incluidos "los acusados de acciones terroristas". A la petición del PP de que su primera medida sea ilegalizar al EHAK (siglas en euskera de Partido Comunista de las Tierras Vascas), contestó que Aznar fue quien legalizó el partido.

La toma de posesión, a la que acudieron varios ministros y representantes de la judicatura, se desarrolló en un ambiente cordial. Bermejo entregó a su predecesor --ambos son aficionados a la música-- un disco del grupo en el que tocaba de joven.