José Bono, actual presidente del Congreso y exministro de Defensa, afirmó ayer ante el juez Fernando Grande-Marlaska que su antecesor, el dirigente del PP Federico Trillo, fue informado "casi con toda seguridad" de las deficiencias de los aviones contratados a antiguas repúblicas exsoviéticas para transportar a los militares españoles antes del accidente del Yak-42 en mayo del 2003, en el que perdieron la vida 62 militares españoles.

La declaración de Bono se prolongó durante dos horas y media. En su comparecencia como testigo, reiteró las explicaciones que ofreció en octubre del 2004 en el Congreso de los Diputados. Fuentes jurídicas explicaron que el exministro de Defensa eludió "cargar las tintas" contra Trillo, ya que se negó a realizar "observaciones jurídicas" sobre la actuación de su antecesor.

Bono contó que el Estado Mayor Conjunto de la Defensa (Emacon) había recibido 18 quejas sobre las condiciones de contratación de los vuelos antes del accidente del Yak-42. También confirmó que una de ellas, recibida en abril del 2003, "casi con toda seguridad" llegó al despacho de Trillo. En ella, se afirmaba que los vuelos "no reunían las condiciones de seguridad necesarias" y se recomendaba volver a emplear compañías regulares para transportar a las tropas.

Sin embargo, Defensa no siguió el consejo porque el presupuesto era escaso "por la guerra de Irak y el Prestige ". Y puso como ejemplo que el departamento ministerial contrató un avión Yakovlev y no un Tupolev para ahorrarse 6.000 euros. Bono no pudo explicar el destino de más de 100.000 euros que han desaparecido. Defensa pagó a las compañías 149.000 euros, pero las contratistas solo han recibido 45.000 euros.

Asimismo, el exministro comentó que había detectado hasta 22 irregularidades en la contratación del Yak-42 y se comprometió a apoyar esta conclusión con un informe que aportará en el juzgado.