"No dimito porque soy inocente". Fiel a su estilo, Carlos Fabra hizo frente ayer una vez más a las diversas acusaciones que pesan sobre él --tráfico de influencias, cohecho y delitos contra la Hacienda Pública-- y por las que declaró el mes pasado ante los tribunales. El presidente de la Diputación de Castellón afirmó sentirse culpable únicamente de haberse "dejado la piel por defender" su provincia. Su telonero, el presidente valenciano, Francisco Camps (tan involucrado como él en líos judiciales), fue más allá y le dio las gracias por haberse "dejado la vida" por su tierra. En un intercambio de elogios y ánimos consistió el acto de bienvenida a Fabra, que regresaba a la política tras un trasplante de hígado. Ningún dirigente de la dirección nacional del PP acudió a Castellón para arropar a Fabra.

"En 200 años de historia, nunca un líder político ha hecho tanto por la provincia de Castellón", proclamó Camps, presentado como el "nuevo y flamante" presidente de la Generalitat. Ambos se declararon víctimas de la "especial fijación" de la oposición y la justicia con ellos. Camps aseguró que están dando "un ejemplo de seriedad y altura" frente a los "ataques absurdos y bárbaros" de sus detractores. Fabra explicó que él y su familia han sufrido "seis años de linchamiento mediático".

Camps sostuvo en brazos a una de las nietas de Fabra mientras saludaba a las cerca de 500 personas que había en el auditorio. Otras tantas siguieron el acto fuera, a través de unas pantallas. La reaparición en público del líder del PP de Castellón era, a la vez, reincorporación y despedida. Por una parte, volvía a su cargo institucional tras medio año de ausencia. Por otra, el acto le sirvió para designar al que será su sucesor como candidato a la Diputación, el vicealcalde de Castellón, Javier Moliner, quien fue escogido horas antes del acto por unanimidad, a petición del propio Fabra.

"EN EL PEOR MOMENTO" Camps recordó que tanto él como Fabra han trabajado para el partido "en el peor momento del país, para que la antorcha que llevaba José María Aznar pueda llevarla ahora el presidente nacional, Mariano Rajoy". El líder del PP no estaba presente, así que no pudo reafirmar las opiniones que manifestó en su día sobre Fabra, cuando este empezaba a atravesar su odisea de imputaciones judiciales. "Es un político ejemplar", dijo entonces Rajoy.

Por supuesto, Camps no desaprovechó la ocasión para meter baza en la política española: "En el PP valenciano sabemos que tenemos que trabajar el triple para seguir siendo la esperanza de España frente a Zapatero".

Fabra abandonó el auditorio entre muestras de apoyo del público, que le saludaba y se hacía fotos con él, aunque también toreó los comentarios de un reportero que le enseñó un décimo de lotería y le preguntó si "iba a tocar". Y es que Fabra es un hombre con una suerte que desafía a la estadística: cuatro premios de lotería en cinco años.