El exsecretario general del PP y exvicepresidente del Gobierno Francisco Alvarez-Cascos se sirvió ayer un segundo plato de venganza. El 1 de enero difundió la carta que había dirigido a la dirección nacional del PP para comunicar, en términos durísimos, los motivos que le habían llevado a poner fin a 34 años de militancia en el partido. Y ayer convocó una rueda de prensa para insinuar que no descarta presentarse como candidato a presidente de Asturias bajo las siglas de una fuerza política de nuevo cuño. Alvarez-Cascos pretendía ser el candidato de los conservadores por esa comunidad autónoma, pero la cúpula del partido desdeñó su oferta el 30 de diciembre. El divorcio ha sido tan traumático que, ahora, el exdirigente popular amenaza con poner fin a las ya escasas opciones de sus excompañeros de gobernar Asturias tras las elecciones del próximo 22 de mayo.

El exnúmero dos de Aznar calculó ayer todas y cada una de sus palabras. En el fondo, se limitó a declararse "disponible" para todos aquellos que tienen en mente "el reto gigantesco" de edificar "una nueva Asturias". Se refería así a todos aquellos asturianos, militantes o no del PP, que en los últimos meses han recogido firmas y se han movilizado para que Alvarez-Cascos fuera el presidenciable popular. "Dije que estaba disponible antes del 1 de enero y sigo disponible. Antes era para el PP y ahora para un grupo de asturianos que se han movilizado", subrayó.

CRITICAS AL PARTIDO No quiso revelar cuáles serán sus próximos pasos y, en un primer momento, trató incluso de no opinar sobre la vida interna del PP, pues, como recalcó con vehemencia, ya no milita en ese partido. Pero la tentación era mayúscula. "A la dirección nacional del PP Asturias le importa un comino". Esa fue la primera pulla. La otra iba dirigida directamente al líder conservador, Mariano Rajoy. Le acusó de haberle prometido dos veces el pasado verano que sería candidato por Asturias.

RESPUESTA DE LA DIRECCION La respuesta por parte de la cúpula del PP la dio el vicesecretario de Comunicación, Esteban González Pons, quien no supo apreciar ninguna diferencia entre la decisión recién adoptada por el partido de confiar la candidatura a Isabel Pérez-Espinosa y las que tomaba Alvarez-Cascos cuando él era el secretario general de los populares.

El caso Cascos , más allá de amenazar con dividir el voto conservador en Asturias si se consuma la creación de una nueva fuerza política, es todo un problema para el PP porque no son pocos los dirigentes territoriales que en estos últimos meses habían apostado por el exvicepresidente como presidenciable autonómico, como por ejemplo Esperanza Aguirre y Manuel Fraga.

La respuesta de los populares a Cascos no se hizo esperar. El PP de Asturias, liderado por Ovidio Sanchez, aseguró ayer a traves de un comunicado que el exvicepresidente del Gobierno Francisco Alvarez-Cascos debería haber sido "expulsado" del partido por sus "reiterados" insultos a dirigentes locales y regionales y que si la dirección nacional no lo hizo, fue porque había sido secretario general. La formación asturiana, que lleva meses rechazando la posibilidad de que el exvicepresidente encabezase la candidatura autonómica, incide además en que el exministro de Fomento lleva siete fuera de la política española, informa Efe.

Por su parte, el candidato de IDEAS, Juan Morales, mostró su "respeto" a la decisión Cascos de cesar de militancia en el PP. En declaraciones a Europa Press, Morales --exdiputado del PP que salió de sus filas al no lograr el apoyo esperado en el último congreso regional-- resaltó que "lo más importante es que entre todos se pueda reforzar el espíritu de colaboración para mejorar la situación de Asturias".