Albert Rivera reunió ayer a su núcleo duro del partido en un lugar desconocido en las afueras de Madrid para analizar su nueva situación en la escena política española y, a juzgar por lo que contó el que salió como «enviado especial» al exterior para atender a la prensa, no han hecho demasiado autocrítica.

Rivera ha convocado este tipo de retiros con su comité permanente, compuesto por una quincena de dirigentes naranjas, en diversas ocasiones en los últimos años. Pero pocas veces el objeto de análisis ha sido tan negativo como ahora. El partido naranja ha visto cómo en dos días ha pasado de ser una formación clave para la gobernabilidad de España (por su apoyo necesario a los Presupuestos y con un acuerdo de investidura con el Gobierno central) a una posición irrelevante, en la que únicamente podrá utilizar su posición en la Mesa del Congreso para vetar iniciativas de unos (PP) u otros (PSOE), según lo que interese en cada momento.

De ese retiro en las afueras de Madrid volvió a mediodía del lunes el secretario general José Manuel Villegas para dar una rueda de prensa en la imponente sede de cinco pisos que tienen al lado de Las Ventas. Se le preguntó directamente si asumían algún error en la estrategia que han seguido frente a la moción de censura y respondió que no. «No creemos que fuera un error defender que fueran los españoles los que decidieran el futuro de España», afirmó el número dos del partido.

En el PP estos días han repetido hasta la saciedad que Ciudadanos ha sido «cooperador necesario» para la victoria de Pedro Sánchez. El apoyo que ofreció a Podemos para presentar una segunda moción con el único objetivo de convocar elecciones cuanto antes fue determinante para acorralar al PNV (que no las quería), según fuentes del PP.

Villegas defendió de nuevo que la «salida natural» a la situación generada por la sentencia de la trama Gürtel eran unas elecciones, pero que el PNV ha optado por «prolongar la agonía» del sistema bipartidista «imperfecto», en el que el PP y el PSOE han «pasteleado» con los nacionalistas durante más de 30 años.

El triunfo de Sánchez ha diluido la figura de Rivera, que debe buscar su hueco. Por ahora, los naranjas van a seguir apoyándose en su estrategia contra los independentistas catalanes para intentar marcar al nuevo presidente. Villegas lo mostró en esa misma rueda de prensa, en la que pidió oficialmente al jefe del Ejecutivo que analice la situación y sea consciente de que «se levanta el 155 a los mismos que dieron el golpe de Estado». Por ello el secretario general de Ciudadanos propone controlar cuatro áreas del Gobierno catalán: el dinero público, los medios de comunicación, TV-3 y la política exterior.