El ex agente del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Roberto Flórez García fue detenido ayer en Tenerife por haber vendido entre diciembre de 2001 y febrero de 2004 información clasificada a un servicio de inteligencia extranjero, según anunció hoy el director del Centro, Alberto Saiz.

En una inédita rueda de prensa en la sede del CNI, Saiz explicó que se trata de un "caso único" en la historia de los servicios de inteligencia españoles y garantizó que en ningún momento estuvo en peligro la seguridad de España, de sus instituciones, de la UE o de la OTAN.

Según la investigación, en manos ahora de un juzgado de Tenerife, Flórez, quien se dio de baja en el CNI en febrero de 2004, se ofreció a un servicio extranjero a cambio de "mucho dinero" y le filtró información sobre organización y procedimientos internos, actividades de contrainteligencia y "decenas" de identidades de agentes.

Saiz consideró posible que revelase las identidades de los siete agentes del CNI muertos en Irak en noviembre de 2003 dentro del "paquete" que filtró, pero recalcó que "no existe ninguna relación" entre lo sucedido en aquel país y las actividades de Flórez.

Además, garantizó que, por su trayectoria y destinos, "jamás" estuvo cerca del departamento de terrorismo internacional del CNI, que se creó pocos meses antes de los atentados del 11 de marzo en Madrid. No quiso revelar el país para el que trabajó, señaló que se enteraría hoy por los medios de la detención del agente doble y sólo apuntó que "seguramente tendrán traductor de español".

Algunos medios señalan que pudo ser Rusia, pero fuentes de la Embajada de este país en Madrid negaron a Efe cualquier responsabilidad y dijeron no tener "nada que ver" con Flórez. El director del CNI afirmó que este caso repercutirá en "el código de relación" con ese servicio de inteligencia, pero estimó que no tienen por qué influir en las relaciones entre España y el otro país. Sí reconoció que el espionaje de Flórez ha causado daños internos al CNI, obligado a modificar estructuras y procedimientos y a introducir nuevas medidas de seguridad.

Flórez estuvo alrededor de 12 años en el CNI, donde ocupó diversos puestos de nivel medio tanto en la sede central como en el exterior, hasta que se dio de baja en 2004, como suboficial en excedencia de la Guardia Civil.

La investigación interna comenzó en julio de 2005 tras un "incidente" ocurrido en el ámbito de la contrainteligencia que podía estar conectado con otros sucesos ocurridos en 2002 y 2003, relacionados con posibles "fugas de información" sobre actividades del Centro.

Saiz tuvo entonces "sólidas sospechas" de que el Centro podía tener "un agujero de seguridad" y haber sido "infiltrado" por servicios de inteligencia extranjeros.

Una de las dificultades añadidas de la investigación fue que Flórez se ofreció "voluntariamente" al país extranjero, motivado por "los dólares", y una de las principales preocupaciones fue que tuviera algún colaborador interno, algo descartado por el CNI.

Ofreció pocos datos sobre el ex agente, de "unos cuarenta y pocos años" y "un tipo normal, un buen profesional que hace su trabajo con brillantez". Según manifestó, aunque los datos vendidos por Flórez fueran "útiles" en aquel momento para el servicio extranjero, en la actualidad "son de interés menor" debido al paso del tiempo y a que el CNI cambia permanentemente.

Tras insistir en que no hubo venta de "información sensible que pueda comprometer la seguridad" del país, admitió que el centro "no estuvo a la altura de lo que otros consideraban que nosotros teníamos en nuestra custodia" y aseguró que lo sucedido "es propio de servicios que atesoran mucha información".

El CNI informó de los resultados de la investigación a la Fiscalía hace tres semanas. Saiz reconoció que muchos de esos datos se harán ahora públicos en el marco de la investigación puesta en marcha por la jueza, que ha ordenado registros en Tenerife y que tendrá que recopilar las pruebas del caso. De hecho, toda la información acumulada por el CNI no servirá como prueba judicial, ya que ha sido obtenida mediante "técnicas de inteligencia".

Este caso, según Saiz, es "un fracaso" de la institución, que no consideró el riesgo de una fuga de información, pero también es "un éxito", porque ha sido capaz de descubrirlo y conocer muchos de sus "agresores y debilidades". "Lo único que queda es aprender", añadió el director del CNI, quien dijo que "el riesgo cero no existe".

A su juicio, hay que ser conscientes de las "amenazas" a las que se enfrenta España, que es observada por otros países y cuyos servicios de inteligencia son ahora "más deseados que antes".