Tenía ganas el presidente del Congreso de los Diputados, José Bono, de organizar una jornada de lectura de la Constitución que quedase lucida y estuviera, por fin, exenta de polémica. Pues tampoco este año lo logró. A saber: dos estudiantes de secundaria decidieron aprovechar su paso por la tribuna del hemiciclo, o sea, su minuto de gloria parlamentaria, para criticar a los sindicatos y homenajear a los exiliados españoles, provocando el enfado de la presidencia de la Cámara, que en ese momento ocupaba la vicepresidenta Teresa Cunillera.

"Me da pena y vergüenza que los sindicatos no ejerzan el derecho a la huelga en los tiempos que corren", sentenció el estudiante madrileño Javier Barderías, a quien le tocaba leer el artículo 28.2 de la Carta Magna. Como si de un diputado se tratara, Cunillera no dudó en retirarle la palabra. Sergio García quiso recordar a todos los que, como su abuelo, "tuvieron que abandonar en algún momento de su vida, por circunstancias políticas y económicas, España".

Más obedientes con el protocolo establecido para el solemne acto fueron las celebridades invitadas, que leyeron artículos de la Carta Magna. El más aplaudido fue el portero Iker Casillas.