"Alava ha dicho no al frente nacionalista". Así lo afirmó el hoy diputado general, Ramón Rabanera (PP), el 13 de junio de 1999, cuando, por 363 escasos votos de ventaja sobre el PNV, logró la primacía en las Juntas Generales. Desde entonces, Alava es el único de los tres territorios históricos del País Vasco en el que no gobierna el PNV.

Es la espina de los nacionalistas, ya que supone un obstáculo a su hegemonía institucional y una dificultad para el plan del lendakari, el alavés Juan José Ibarretxe.

La diputada del Parlamento vasco Enriqueta Benito, de Unidad Alavesa, agita la bandera de la secesión: "Que no cuente con Alava para llevar adelante su proyecto independentista". Sin embargo, la tensión de sus palabras no refleja una tensión ciudadana. O, por lo menos, es lo que entiende el sociólogo y vecino de Vitoria César Manzanos, que se muestra convencido de que lo que realmente preocupa hoy a los alaveses no es el plan del lendakari, sino que "se les desprecie, que se les mire como la provincia menor".

Choque de soberanías

También el historiador Antonio Rivera, vicerrector hasta hace unos meses del campus alavés, cree que el plan no es una cuestión que ocupe las conversaciones de la calle. "En general, aquí no se habla de estas cosas y la gente prefiere pensar que no va a pasar nada. De todas formas, creo que la cuestión alavesa aparecerá en el momento extremo y cuando llegue el día que la situación se haya radicalizado extraordinariamente".

Coinciden Manzanos y Rivera en que esa cuestión llevaría a un "choque de legitimidades y soberanías". Si Ibarretxe defiende que no se puede suplantar la voluntad soberana de los vascos, ¿cómo cuestionar que, en virtud de su fuero, los alaveses puedan decidir si forman o no parte de Euskadi? "Entraríamos en una suerte de locura, y eso nos colocaría en Montenegro. No somos más civilizados que los yugoslavos antes del enfrentamiento", vaticina Rivera.

Pero los alaveses sí viven bastante mejor que los yugoslavos, e incluso mejor que la mayoría de los ciudadanos de la Unión Europea, si se toma como referencia el producto interior bruto por habitante. Mientras en el conjunto de España, este PIB apenas alcanzaba en el 2002 el 84% de la media europea, en el País Vasco era del 107,4% y, en Alava, del 127,8%. Unicamente dos países de la entonces Europa de los Quince superaban este último porcentaje: Luxemburgo (189%) y Noruega (142%).

El diputado de Promoción Económica, Carlos Samaniego (PP), habla además de "la buena marcha de la economía alavesa, con un comportamiento bastante más destacado" que el resto de Euskadi. Alava es, según el instituto vasco de estadística (Eustat), la provincia vasca con un mayor dinamismo industrial: su producción en este sector creció entre el 2000 y el 2004 el 27,8%. En Guipúzcoa aumentó un 8,7% y en Vizcaya decreció un 1,4%.

"La gente no está dispuesta a sacrificar su nivel de vida", asegura el sociólogo César Manzanos. Vitoria es una ciudad que se encuentra entre las 10 de Europa con mejor calidad de vida, según un estudio patrocinado por la Unión Europea. El cien por cien de sus vecinos, que es lo mismo que decir el 80% de los habitantes de toda Alava, dispone de un espacio verde a menos de 300 metros de su casa y más del 90% tiene cerca colegios, transportes o puntos de reciclaje. Las emisiones contaminantes no superan los límites fijados y la inmensa mayoría (el 71%) se desplaza a pie.

"Es la sociedad del bienestar y nadie quiere perderla. Por eso, decir que Alava se puede ir del País Vasco es una cortina de humo", asegura Manzanos. En su opinión, ni el "virtual" plan Ibarretxe ni los "discursos del miedo" van a cuajar, y menos en un escenario preelectoral como el que se vive ahora.

Discurso moderado

La mayoría de alaveses ha nacido fuera de la provincia y ello parece marcar un comportamiento electoral menos apegado al sentimiento nacionalista. Sin embargo, cuatro de los seis diputados generales que se cuentan en democracia fueron del PNV y, durante 20 años, el nacionalista José Angel Cuerda fue alcalde de Vitoria.

"Todos representaban a un nacionalismo cívico con un discurso moderado. Cuando el PNV dio el giro hacia la soberanía, perdió la confianza mayoritaria", señala Rivera. Recuerda que el primer diputado general, Emilio Guevara, abrirá la lista del PSE en las próximas autonómicas; que otro, Alberto Ansola, ha abandonado el PNV, y que un tercero, Félix Ormazábal, guarda silencio mientras Cuerda no oculta sus discrepancias con el plan Ibarretxe.

Permeabilidad

"La sociedad alavesa es muy permeable y no está preparada para un choque de trenes. Ni lo acepta ni lo desea. Por eso, se me hace difícil pensar que pueda querer irse de Euskadi, con el coste que eso tiene", resume Manzanos. En las pasadas municipales, el PNV logró ser el partido más votado, aunque sin posibilidad de encontrar aliados para recuperar el poder. Ahora se juega el plan.