La cuñada y el suegro de Jamal Ahmidan, "El Chino", uno de los siete responsables de los atentados que se suicidaron en el piso de Leganés, manifestaron hoy que nunca les llamó la atención la actitud de éste ni antes ni después de la masacre de Madrid.

Estos, fueron los dos primeros testigos en declarar en la jornada vigésimo novena del juicio por el 11-M y ambos relataron que estuvieron con Ahmidan en la finca de Chinchón, donde supuestamente se montaron las bombas que explotaron en los trenes, pocos días después de los atentados.

Ambos coincidieron en manifestar que no sabían si la mujer de "El Chino" habló por teléfono con él el 3 de abril de 2004 antes de la explosión de la vivienda de la calle Carmen Martín Gaite de Leganés.

La cuñada de "El Chino", al que, según dijo, conocía desde 1993, después de que su hermana comenzara una relación sentimental con él, señaló que no sabía si Ahmidan era radical y que no notó cambios en él cuando regresó de Marruecos -donde había estado preso-, en el verano de 2003, y añadió que "no le veía rezar".

Tras indicar que "El Chino" se ganaba la vida vendiendo droga, apuntó que su hermana no tenía problemas con su marido, como, por ejemplo, por la forma de vestir de ella.

Sobre la "finca de Morata" -como popularmente se conoce a la finca de Chinchón por su proximidad con la citada localidad madrileña- la testigo explicó que estuvo dos veces, el 13 de marzo de 2004 y el 19 de ese mismo mes, y señaló que la primera vez fue con su hermana y su cuñado y ellas se quedaron esperando en el coche porque él les indicó que había gente "rezando en la habitación".

La segunda visita fue para celebrar el Día del Padre, tal y como declaró la viuda de "El Chino" el pasado 10 de abril durante su declaración en el juicio, ocasión en la que también estuvo el suegro de Ahmidan, quien hoy recordó que en la casa había "mucha guarrería, mucha porquería".

El hombre manifestó que "no había nada" en la casa y su hija declaró que "parecía que estaba en obra" y añadió que tenía terreno alrededor y que cuando ella fue no había animales.

Tras estos dos testimonios declararon trece agentes de policía de TEDAX que participaron en la recogida de restos tras la explosión del piso de Leganés, y relataron que, entre otros, encontraron detonadores, restos de explosivos, así como restos humanos.

Uno de los TEDAX señaló que fue comisionado al Instituto Anatómico Forense, ya que aparecieron restos metálicos en los cuerpos de algunos de los suicidas, lo que les hizo pensar que podía tratarse de restos de artefactos explosivos, aunque tras su extracción se comprobó que eran objetos de la vivienda, como un pestillo de puerta, un fragmento de una ventana y una pieza metálica, posiblemente de un aparato de radio, señaló.

Todos los TEDAX coincidieron en señalar que no vieron entre los escombros del piso y de los alrededores ningún documento que perteneciera a algún policía, en alusión al agente que vivía en el piso contiguo del de los terroristas, y manifestaron que no tienen constancia de que se recogiera nada antes de la llegada del secretario judicial.